Creo con total firmeza que para ser felices necesitamos aprender a amar a otros y especialmente a nosotros mismos, habitando el momento presente con conciencia plena de lo que estamos haciendo.
La felicidad tiene que ver con un estado interno, subjetivo, de paz, serenidad, en el que sentimos que no nos falta nada, en el que sabemos con certeza que amamos sin límites y recibimos el amor de aquellos que son importantes. La felicidad se construye con amor y es el resultado del trabajo interno de uno mismo.