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Metas muy altas, sufrimiento y frustración
La motivación es un proceso que desencadena un comportamiento para alcanzar un logro o una meta. Siempre es una construcción psicológica y subjetiva. Las personas tenemos diferentes motivaciones y también distintas reacciones, según el resultado obtenido al tratar de alcanzar las metas propuestas. Todas las conductas del ser humano están motivadas, las más básicas son las de autoconservación, relacionadas con el cumplimiento de las necesidades fisiológicas y de supervivencia, pero también tenemos motivaciones relacionadas con el desarrollo personal, profesional, social, etc.
La elección de las metas personales, el nivel de dificultad de las mismas y las expectativas individuales sobre el cumplimiento de ellas, esta íntimamente relacionado con nuestra propia historia y con la presión cultural de nuestra sociedad.
La autoexigencia varia en cada individuo y las expectativas sobre las propias capacidades, están fuertemente influenciadas por la mirada de los otros, especialmente, la de los padres, de quienes hemos dependido para sobrevivir en las primeras etapas del desarrollo, y con quienes hemos establecido un vínculo de vital importancia. Este vínculo influye de manera dramática en el desarrollo de la personalidad de todo ser humano y obviamente tiene gran incidencia en el establecimiento de la autoestima, el sentimiento de seguridad y de la autoexigencia.
Las altas expectativas de rendimiento se dan más frecuentemente en familias y sociedades que hacen hincapié en el individualismo y el desarrollo personal como un valor deseado.
Está claro que vivimos en una época marcada por la exigencia, la velocidad y el éxito. Las personas se miden por lo que tienen materialmente y por sus logros profesionales. En esta sociedad, pareciera que una persona exitosa, no es quien es feliz, sino quien tiene una buena posición económica o un trabajo destacado. Las mujeres, quienes han luchado incansablemente por la igualdad de derechos y posibilidades, se encuentran especialmente exigidas, ya que muchas veces, sienten que deben ocuparse ella mismas de las tareas de sus casas, ejercer magistralmente el rol de madres y también de esposas y ademas ser eficientes en su propio desarrollo profesional y económico. En muchos casos las metas que se imponen son francamente inalcanzables y conducen al sufrimiento.
Algunos consejos:
-El establecimiento de metas muy altas, conlleva grandes esfuerzos para alcanzarlas y muchas veces conduce a sentimientos de impotencia y frustración por no poder obtener el éxito buscado. Te aconsejo que fijes metas posibles para que puedas cumplirlas y sentirte realizada.
-Al proponerte una meta, tené en cuenta tus propios recursos, pero también las posibilidades reales del medio en el que estas. Frecuentemente el logro de un objetivo, no depende únicamente de nosotros mismos, sino de otros factores, como el ambiente, el mercado, etc.
-Fracasar es probable, y puede ser positivo, si aprendes de ello.
-Hace foco en una meta u objetivo a la vez, para que su cumplimiento sea posible y para que puedas vivenciar una experiencia favorable. Recordá que mucho es difícil.
Lic. Santiago Bonomi
Matrícula CABA Nº 63442
Matrícula Prov. de Bs.As. Nº 98039
Consultorio: 011 6460 1212
La elección de las metas personales, el nivel de dificultad de las mismas y las expectativas individuales sobre el cumplimiento de ellas, esta íntimamente relacionado con nuestra propia historia y con la presión cultural de nuestra sociedad.
La autoexigencia varia en cada individuo y las expectativas sobre las propias capacidades, están fuertemente influenciadas por la mirada de los otros, especialmente, la de los padres, de quienes hemos dependido para sobrevivir en las primeras etapas del desarrollo, y con quienes hemos establecido un vínculo de vital importancia. Este vínculo influye de manera dramática en el desarrollo de la personalidad de todo ser humano y obviamente tiene gran incidencia en el establecimiento de la autoestima, el sentimiento de seguridad y de la autoexigencia.
Las altas expectativas de rendimiento se dan más frecuentemente en familias y sociedades que hacen hincapié en el individualismo y el desarrollo personal como un valor deseado.
Está claro que vivimos en una época marcada por la exigencia, la velocidad y el éxito. Las personas se miden por lo que tienen materialmente y por sus logros profesionales. En esta sociedad, pareciera que una persona exitosa, no es quien es feliz, sino quien tiene una buena posición económica o un trabajo destacado. Las mujeres, quienes han luchado incansablemente por la igualdad de derechos y posibilidades, se encuentran especialmente exigidas, ya que muchas veces, sienten que deben ocuparse ella mismas de las tareas de sus casas, ejercer magistralmente el rol de madres y también de esposas y ademas ser eficientes en su propio desarrollo profesional y económico. En muchos casos las metas que se imponen son francamente inalcanzables y conducen al sufrimiento.
Algunos consejos:
-El establecimiento de metas muy altas, conlleva grandes esfuerzos para alcanzarlas y muchas veces conduce a sentimientos de impotencia y frustración por no poder obtener el éxito buscado. Te aconsejo que fijes metas posibles para que puedas cumplirlas y sentirte realizada.
-Al proponerte una meta, tené en cuenta tus propios recursos, pero también las posibilidades reales del medio en el que estas. Frecuentemente el logro de un objetivo, no depende únicamente de nosotros mismos, sino de otros factores, como el ambiente, el mercado, etc.
-Fracasar es probable, y puede ser positivo, si aprendes de ello.
-Hace foco en una meta u objetivo a la vez, para que su cumplimiento sea posible y para que puedas vivenciar una experiencia favorable. Recordá que mucho es difícil.
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